Alumbrando el futuro

Tal vez desde el Renacimiento,no habíamos visto tantos cambios,tan profundos y de impacto tan universal. La globalización, las nuevas tecnologías de información y comunicación, la gran efervescencia en el pensamiento de las personas más diversas, las convulsiones políticas, plantean interrogantes sobre la forma como hemos venido haciendo las cosas, en materia de gobierno, empresas, seguridad social, salud.

La educación no escapa a estasdemandas del presente y los autores señalan que habrá de transformarse radicalmente para satisfacer las nuevas necesidades y oportunidades. A esto nos empezamos a referir en el artículo denominado “A las puertas de una revolución” en el último número de este periódico. Señalamos entonces la contribución de estudiantes y orientadores para alumbrar el nuevo modelo educativo. Hoy quisiéramos encontrar vías de contribución de parte de los docentes y orientadores.
Produce gran entusiasmo pensar en cómo la neurociencia, la ciencia del cerebro, va a ayudar a la humanidad a revisar sus procesos de enseñanzaaprendizaje. Se puede soñar en cómo a partir de dosis menores de enseñanza formal que las que se recibe ahora, los aprendientes podrán construir mucho de lo que necesitan saber para ser productivos miembros de comunidades más felices.

Los instrumentos de enseñanza ya no serían la pizarra y el banco de clase donde se pasan horas y horas. Entonces quizá menos horas de clase permitirían realizar otras actividades deportivas, artísticas, comunales que aumenten las conexiones sinápticas útiles para facilitar el aprendizaje de competencias duras y blandas.

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